lunes, 17 de noviembre de 2014

El sentimiento de lo fantástico según Cortázar

Extractado por Adolfo Covre

“Ya no sé quién dijo, una vez, hablando de la posible definición de la poesía es eso que se queda afuera, cuando hemos terminado de definir la poesía, creo que esa misma definición podría explicarse a lo fantástico, de modo que, en vez de buscar una definición preceptiva de lo que es lo fantástico, en la literatura o fuera de ella, yo pienso que es mejor que cada uno de ustedes, como lo hago yo mismo, consulte su propio mundo interior, sus propias vivencias y se plantee personalmente el problema de esas situaciones, de esas irrupciones, de esas llamadas coincidencias en de que de golpe, nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad, tiene la impresión de que las leyes, a que obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se están cumpliendo de una manera parcial, o están dando su lugar a una excepción.
    Ese sentimiento de lo fantástico como me gusta llamarle, porque creo que sobre todo un sentimiento e incluso un poco visceral, ese sentimiento me acompaña a mi desde el comienzo de mi vida, desde muy pequeño, antes, mucho antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como pretendían imponérmela y explicármela mis padres y mis maestros. Yo vi siempre el mundo de una manera distinta, sentí siempre, que entre dos cosas que se parecen perfectamente delimitadas y separadas, hay intersticios por los cuales, para mí al menos, pasaba, se colocaba, un elemento, que no podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia razonante.
    Ese sentimiento, que creo se refleja en la mayoría de mis cuentos, podríamos clasificarlo de extrañamientos; en cualquier momento les puede suceder a ustedes, les habrá sucedido, a mí me sucede todo el tiempo, en cualquier momento que podemos clasificarlo de prosaico, en la cama, en el ómnibus, bajo la ducha, hablando, comiendo o leyendo, hay como pequeños paréntesis en esa realidad y es por ahí, donde una sensibilidad preparada a ese tipo de experiencias siente la presencia de algo diferente, siente, en otras palabras, lo que podemos llamar lo fantástico. Eso no es ninguna casa excepcional, para la gente dotada de sensibilidad para lo fantástico, ese sentimiento ese extrañamiento, es ahí,  cada paso, vuelvo a decirlo, en cualquier momento y consiste sobre todo en el hecho de que las pautas de la lógica, de la casualidad del tiempo, del espacio, de todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamovible, seguro y tranquilizado se ve bruscamente sacudido, como conmovido, por una especie de viento interior, que desplaza y que los hace cambiar.
    Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura, los cuentos y las novelas. Está presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni la ciencia, ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria.

Cortázar, Julio, “El sentimiento de lo fantástico”, en  La casilla de los Morelli, Barcelona, Tusquets, 1973.


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